Día histórico para Venezuela. 23 de Enero de 2019.
Más allá de las múltiples y diversas interpretaciones que pueda suscitar este evento, es innegable lo histórico de su contenido.
A pesar de que muchos venezolanos se han ido del país durante los últimos 3 años, en busca de mejores oportunidades para ellos y las familias que dejan atrás, la concentración de ayer 23 fue multitudinaria y verdaderamente impresionante.
Desde diferentes sitios de la ciudad de Caracas y en todas las ciudades del país, la población se movilizó. La multitud caminó varios kilómetros (yo por lo menos 8,4 según me confirmó Google Maps esta mañana) en señal de no aguantar más la presión de un régimen dictatorial que ahoga a toda una nación con sus irracionales políticas económicas, su avasallante ilegalidad en cada acción emitida por los organismos parcializados que dirige y una miseria que se extiende desde la escasez de agua y comida hasta la inexistencia de medicinas vitales para la supervivencia de muchos.
La atmósfera
La energía de los asistentes en la concentración era positiva. Sin embargo, desde mi punto de vista, muchos no sabían que esperar de su presencia allí. Para la mayoría (y me incluyo) fue una sorpresa la juramentación de Juan Guaidó, como Presidente Interino, frente al Cabildo Abierto más grande de la historia de Venezuela. No habían consignas únicas (además de la del bono y el CLAP) ni una sola energía unida. La gente no bailaba alegremente como en concentraciones opositoras de otros años. No estábamos especialmente felices.
Caminábamos eso si, expectantes, curiosos y esperanzados por oír que había nuevas y positivas noticias sobre la agenda a seguir. Había entusiasmo, nervios, angustia, pero finalmente predominaba la resiliencia inmensa y poderosa de los ciudadanos venezolanos que no se cansan de dar un paso más en pro del logro de nuestro más resaltante objetivo por años: La Libertad!
Había una mezcla de sentimientos y muchas interpretaciones acerca de lo que se podía esperar. Sin embargo, había una percepción común. "No aguantamos más, esto tiene que terminar!"
Yo no creía que se diera una juramentación. Pensé, estamos aquí para decirle a Guaidó "Aquí estamos, te apoyamos! Continúa firme y no permitas que nos decepcionemos de nuevo". No creo en salidas rápidas ni soluciones mágicas y no fui a marchar pensando que Maduro saldría de Miraflores el 23 en la tarde.
Pero si creo, ahora más que antes, en el trabajo de filigrana que se ha hecho por varios años para conseguir el apoyo internacional que tenemos hoy. Antes, en medio de mi vehemencia y desesperación, no lo veía. Quería todo para ayer! Ahora sí! De pronto he madurado en mi visión sobre la política venezolana.
He mantenido, mis expectativas lo mas controladas posibles, porque creo firmemente que el mal manejo de las mismas es lo que causa frustración. Tengo los ojos rectangulares de tantas noticias, rumores, audios de hace 3 años y opiniones en los chats de Whatsapp, pero me he mantenido firme en que hay que dejar la criticadera y mantenernos alineados y unidos en pro de una sola y la misma agenda.
Asombro y lágrimas!
Trate de estar cerca de la tarima porque yo no fui solo a hacer acto de presencia. Yo fui a escuchar el discurso de Guaidó sobre los próximos pasos a seguir. La gente empezó a corear "Juramento! Juramento!". Recuerdo haberle dicho a una muchacha a mi lado, que él no podía juramentarse en ese momento y ella me dijo "que lo haga porque no aguantamos más". Guaidó pronunció dos frases más y luego se puedo oír "yo juro ... asumir las responsabilidades de ... el Poder Ejecutivo ...." No terminó de hablar y todos aplaudíamos, algunos lloraban, y todos gritábamos ... No recuerdo un momento marchista más emocionante que ese! Luego nos juramentó a los presentes para acompañarlo en este proceso. Y acto seguido, las notas sonoras de nuestro Himno Nacional.
Ahora SI la gente coreaba emocionada!
Comenzamos a caminar de vuelta. Esos 4.1 kms de regreso no estaban fáciles. Estaba molida! Aún caminando pensaba en si ese juramento había sido simbólico o tendría un impacto real. No quería pecar de incrédula pero insisto, siempre hay que mantener las expectativas controladas para no llevarse tortazos.
La cascada de repercusiones positivas no se hizo esperar. Al llegar a mi casa ya eran 5 los países que habían dado su apoyo al Presidente Interino de Venezuela, Juan Guaidó, incluido Estados Unidos. Hoy ya van 15 si no me equivoco.
Aún queda mucha tela que cortar y es mucha la tensión aún en el ambiente. Los intereses en juego entre países y potencias poderosas, también son muchos. Y no hay que dejar de recordar que los Gobiernos no tienen amigos, tienen intereses.
A esta hora, varios venezolanos han perdido la vida en enfrentamientos con la Policía y la Guardia Nacional. Muchos nos quedamos en casa, hoy 24, para preservar la integridad propia y de nuestras familias. Los próximos días son cruciales. Pero hay sin duda aires de cambio, hay esperanza, hay Fe!
